¿Cómo elegir el calzado más adecuado para los niños?

Los pies de los niños requieren de una serie de cuidados especiales para asegurar un correcto crecimiento y evitar posibles problemas futuros de salud. Hay que tener en cuenta que nuestros hijos están en pleno desarrollo y están expuestos a una constante e intensa actividad física, por lo que debemos prestar atención a ciertas indicaciones. Uno de los aspectos principales es saber elegir su calzado correctamente. Pero, ¿por qué resulta tan importante?

Debemos considerar que son muchas las horas que se pasan con los zapatos puestos. Además, se encuentran en un proceso continuo de formación. Por eso, es clave que sus pies tengan una buena base que asegure un correcto equilibrio.

 

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Consejos 

1.  Considerar el contexto de la compra

Debemos comprar siempre un calzado adaptado a las diferentes situaciones y terrenos. Para ello hay que escoger los zapatos teniendo en cuenta la época de año en la que nos encontramos y teniendo claro para qué serán utilizados. No es lo mismo comprar unas zapatillas para verano que para invierno, al igual que no lo es, hacerlo para un tipo de actividad física que para otra.

2. Elegir siempre la talla adecuada 

Nunca debemos comprar unos zapatos más grandes con el objetivo de que duren más, pues se podría llegar incluso a alterar la propia pisada del niño. Es esencial que se ajusten al ancho del pie. En este sentido, tampoco se pueden utilizar unos heredados, que ya tendrán la forma del pie de otra persona.

3. Valorar los materiales con los que está fabricado

Deben ser siempre naturales, para una correcta transpiración. Lo mismo sucede con los calcetines, que además se encuentran en continuo contacto directo con la piel, por lo que se recomienda que sean de algodón.

4. Pensar en el diseño 

Su estructura debe ser resistente pero flexible, para que agarre pero no oprima. Además, preferiblemente con refuerzo en la punta y en los talones, sobre todo cuando se trata de calzado deportivo. También, si puede ser, que cuente con una suela antideslizante para evitar caídas, y con un buen medio de sujeción, como los cordones, para ajustarlo correctamente. Los que no cuenten con esto último no son recomendables, tal y como suele ocurrir con algunos tipos de zapato veraniego.

La correcta elección del calzado es siempre importante para mantener la salud de nuestros pies, y cuando se trata de la infancia, lo es aún más. Por un lado, porque se están asentando las bases que le permitirán al niño andar para toda la vida. Y por otro, porque precisamente son mucho más sensibles a sufrir posibles daños o desviar su proceso de crecimiento.

Por tanto, las necesidades de prevención y tratamiento para evitar problemas de salud procedentes de descuidos en el mantenimiento de los pies, en el caso de nuestros hijos, se multiplican. Debemos tener presente que, nos situamos en una época clave, por lo que los cuidados deben intensificarse, para tratar anomalías o, simplemente, mejorar su rendimiento a la vez que afianzamos su correcto desarrollo. 

Otros aspectos a tener en cuenta

· Asegurarnos de que no existe ninguna anomalía

Siempre que los pies de nuestros hijos estén sanos, llevando a cabo ciertas precauciones como la elección de un buen calzado y otros relacionados con unos correctos cuidados diarios de la higiene, no tendremos de qué preocuparnos. No obstante, lo primero siempre será, precisamente, asegurar que nuestro hijo no presenta ningún tipo de anomalía. Lo ideal es realizar una visita preventiva a la consulta del profesional de la podología por primera vez cuando el niño tiene entre 4 y 5 años. Así, mediante un diagnóstico personalizado, podrán ver que todo está correctamente y aconsejarnos, en cada caso concreto, sobre los cuidados pertinentes que sea necesario llevar a cabo.

· Acudir al podólogo

Hoy en día, con una visita a la consulta a tiempo es muy probable resolver casi cualquier tipo de problema. Aunque, cuanto antes intervengamos, antes frenaremos el avance de cualquier anomalía para impedir que siga evolucionando.

· Vigilar posibles sintomatologías

Como padres, también es muy importante prestar atención vigilando ciertas cuestiones que podrían estar indicando que algo no va bien. Pues, existen posibles sintomatologías como dolores constantes en ciertas partes como las plantas de los pies, los talones, las rodillas o las piernas; marcha desviada, caídas frecuentes; o pequeñas deformaciones en uñas o pies. En cuyo caso deberemos adelantar la visita al podólogo.

De uno u otro modo, las revisiones nos permiten garantizar que todo está correcto, así como que el mantenimiento que se está llevando a cabo es el adecuado, algo que siempre nos ayudará a prevenir. Serán los profesionales los únicos especialistas con la completa capacidad de diagnosticar, tratar, y rehabilitar correctamente cualquier afección.

 

Fuente: https://saposyprincesas.elmundo.es/consejos/salud-infantil/senales-de-estres-en-bebes/